<p>Estos trabajos, algunos de los cuales tienen m&aacute;s de treinta a&ntilde;os, reflejan mi continua b&uacute;squeda de la elaboraci&oacute;n de mis distorsiones. Tienen la fuerza de aquella juventud y mantienen la lozan&iacute;a de la b&uacute;squeda del encuentro humano.</p>

<p>Mis ideas part&iacute;an de lo biol&oacute;gico (los instintos). Sent&iacute;a que nos parec&iacute;amos mucho a nuestros m&aacute;s pr&oacute;ximos parientes en la evoluci&oacute;n. De ah&iacute; a lo inconsciente, nuestras motivaciones segu&iacute;an siendo zoologizadas. Entonces, lo sociol&oacute;gico. Pero aqu&iacute;, si mi conciencia era solamente un reflejo me parec&iacute;a que perd&iacute;a la unidad del ser haci&eacute;ndose ser. Luego, b&uacute;squeda nuevamente de la subjetividad. En conclusi&oacute;n, ni irracionalismo ni racionalismo, mi enfoque se fue a analizar la alienaci&oacute;n de la supuesta racionalidad.</p>

<p>Del pensamiento a la emoci&oacute;n, a la conducta. Desde la entra&ntilde;a sangrante de los valores, nuevamente a la b&uacute;squeda del Hombre en su devenir. Desde el deambular del ser a la b&uacute;squeda de su morada, la misma que se da en un lugar del mundo, en ese &uacute;nico lugar del mundo con su singularidad, mezcla de realidades objetivas y de vivencias subjetivas. Pero, &iquest;d&oacute;nde estaba ese lugar para acercarme, para compartir su estar en el mundo? Solamente estaba en &eacute;l. Me quedaba, entonces, solamente la disponibilidad para compartir ese estar de ese ser en el mundo.</p>