El cambio que la computación ha provocado en nuestras vidas solo es comparable con el que causó en su momento la invención de la escritura. Hoy la computación es tan necesaria en lo cotidiano, que desde los primeros años deben estudiarse sus fundamentos como se hace con la lectura y la escritura. Solo así se reducirá la brecha tecnológica que abre el "analfabetismo computacional" y atrapa a grandes grupos en un terrible círculo vicioso: pocos recursos y mucho desperdicio. Pensemos en un trabajador que recibe su salario en depósito bancario y se enfrenta a cajeros automáticos cuyo funcionamiento no comprende, o en los pagos electrónicos que podría hacer en lugar de esperar en colas y aún pagar comisiones, o en el desperdicio de papel en medio de una crisis ecológica sin precedentes. Aquí se propone una estrategia psicopedagógica para introducir en la escuela primaria el estudio de los fundamentos de la computación, desde su base lógica y programática hasta la concepción de la robótica, pero sin suponer que habrá computadoras para cada niño. El libro está dirigido a quienes se interesan en una educación que rechace a la computadora como un tótem.