El lugar que la historia ha dado a cada una de las personas que habitamos este cosmos, configura nuestras maneras de ser, actuar, pensar y estar. Estamos inmersos en las ideas sociales de aquello que debemos ser y como debemos serlo. Es en este tejido histórico donde se ha dado un lugar a la infancia como categoría configuradora del NIÑO y la NIÑA, desconociendo así al existente, a la persona, a sus ideas, posibilidades y sobre todo saberes. La infancia determina como debe ser concebido el NIÑO y la NIÑA, dejándolos indiscutiblemente en el infans, el sin palabra, sin habla y por lo mismo determinado por el adulto quien le da VOZ y un lugar social. Sin abstraernos de aquello que parece obvio a nuestra cotidianidad es casi imposible reflexionar sobre nuestras maneras de habitar, nuestro pasado y la construcción de un presente cambiante. En el contexto de esta reflexión, con este trabajo se pretende desentrañar la mirada que un grupo de maestros tiene acerca de la infancia y así intentar comprender cuál es el lugar del niño en su práctica pedagógica.